Política experimental


Me choca,
no obstante,
que vertáis la sangre
con tanta facilidad
y emponzoñéis la bilis
con tan poco estilo.

Claro,
que viniendo
de donde vienen
vuestros exabruptos,
no es de extrañar.

Al fin y al cabo
tenéis la sartén por el mango,
las leyes a vuestro antojo,
vuestros dispendios a salvo
en cuentas nada corrientes,
y los huevos pelaos
de tanto manosearlos.

Pero yo no digo nada,
no vaya a ser que me subáis
los impuestos
y me bajéis los humos.

Aunque no estaría mal
que os fuerais de nuestras vidas
de una puñetera vez
y para siempre
(sin acritud claro)

Por si acaso,
(que conste)
todo cuanto escribo
yo lo han dicho otros antes;
se masca en las calles,
lo vocearon gentes que
por extraña coincidencia
han dejado de hacerlo.

Vete tú a saber
bajo que montón de mierda
los habéis enterrado,
o con qué dádiva,
incentivo o dieta económica,
habéis sellado sus enormes
bocazas insurgentes.

Yo persisto, concreto;
sería bueno que no regresarais
jamás,
vuestro veneno sigue
domesticando corazones
que no solían guardar silencio.

Comentarios

  1. Lo realmente bueno seria que no hubieran aparecido nunca, pero ya que existen, deberian desaparecer y lo antes posible, pero me temo que el festín es demasiado grande y demasiado fácil como para abandonarlo.

    Hijos de mala madre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues sí, Paco, son una gangrena difícil de parar... tendremos que hacer alguna revolución... pero quién se atreve?... Un abrazo y gracias por parar por aquí...

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

In-Credo

Estoy cansado

Matemáticas puras